martes, 28 de febrero de 2012

Trabajo para la etapa de diagnóstico

Actividades 1- Observar las imágenes 1, 2, 3 y 4. 2- Analizar por escrito qué es lo que se ve en cada una de ellas. 3- Explicar cuáles son los elementos que favorece y desfavorece la comunicación en las situaciones planteadas.
4- En las siguientes imágenes (5 y 6) argumentar si es posible hablar de comunicación.
5- Luego de analizar los dibujos y teniendo en cuenta los conocimientos de años anteriores, redacta un concepto de comunicación. 6- Leer los textos “La informatización de la sociedad” y “La tercera ola” . 7- En pocos renglones, anotar las ideas más relevantes de cada texto. 8- ¿En qué puntos coinciden y en cuáles no, entre las posturas de Toffler y el informe de Nora Minc? Anotar. 9- ¿Crees que la tecnología sufre efectos discriminatorios en la sociedad? ¿Por qué? Menciona ejemplos que fundamente tu respuesta. 10- Elaboren un texto en el que anoten situaciones de la vida cotidiana en el que las nuevas tecnologías estrechan los lazos sociales y en cuáles, por el contrario, profundizan la brecha entre los distintos sectores sociales. 11- Socializar las respuestas. La informatización de la sociedad En diciembre de 1976, el presidente de Francia, Vale Giscard d’Estaing, solicitó al inspector general de Finanzas, Simon Nora, un informe acerca de los cambios en las relaciones sociales que ya entonces comenzaba a generar la utilización cada vez más extendida de las computadoras. Nora realizó la investigación junto con Alain Minc y en 1978 publicaron un informe titulado La informatización de la sociedad, donde expusieron las opciones y los conflictos, así como los aspectos organizativos, comerciales y sociales de la utilización de las nuevas tecnologías. (…)Puesto que, desde hace un siglo, las transformaciones más espectaculares tienen bases técnicas existe la facilidad de proyectar un futuro regido por la tecnología. En nuestros días, esta tentación se proyecta hacia la telemática y se expresa en fantasmas contradictorios. Los pesimistas señalan los riesgos: aumento del paro, rigideces sociales, trivialización do las actividades. Para ellos, la informática consagraría el carácter impersonal y repetitivo de los trabajos y la descalificación de los empleos. Consolidaría la pesadez y la jerarquía de las organizaciones. Reforzaría toda la omnipotencia de los preparados automatizando a los demás. Solamente subsistirían los informatistas y los informatizados, los utilizadores y los utilizados. La máquina ya no sería solamente un ordenador, un instrumento de cálculo, de memoria y de comunicación, sino un dador de órdenes misterioso y anónimo. La sociedad se volvería opaca en sí misma y para los individuos que la componen, pero peligrosamente transparente, en detrimento de la libertad de los ciudadanos (…) Los optimistas, por el contrario, creen que los milagros están al alcance de la mano: informática igual a información, información igual a cultura y cultura igual a emancipación y democracia. Todo lo que acreciente las posibilidades de la información facilita un diálogo más abierto y personal, una mayor participación, un aumento de las responsabilidades jodí viduales, una mayor resistencia de los débiles y ‘pequeños’ a las usurpaciones del ‘Estado Loviatán’ o de los prepotentes económicos y sociales. Tanto la pesadilla como el sueño tienen el mérito de plantear la misma pregunta. ¿Es que acaso nos encaminaremos, sean cuales fueren las apariencias y los pretextos, hacia unas sociedades que aplicarán técnicas nuevas para reforzar los mecanismos de rigidez, de autoridad y de dominio? O, por el contrario, ¿podremos ampliar la adaptabilidad, la libertad y la comunicación, de suerte que cada ciudadano y cada grupo las asuman de manera más responsable? En realidad, ninguna tecnología, por innovadora que sea, acarrea a la larga consecuencias fatales. Sus efectos son dominados por la evolución de la sociedad más de lo que la constriñen (…) ¿Constituirá la generalización del lenguaje informatizado un factor de emancipación o, por el contrario, agudizará las diferencias? No influirá de la misma manera en cada uno de los usuarios. Indudablemente, no dejará de perfeccionarse ni de elaborar diálogos cada vez más elaborados. Pero su propagación por las diversas categorías sociales no será uniforme, porque éstas manifestarán una resistencia desigual ante la introducción de un lenguaje codificador y escueto. La permeabilidad de aquéllas dependerá de su nivel cultural pero como éste no es parejo, la telemática surtirá efectos discriminatorios. Simon Nora y Alain Min. (1981). La informatización de la sociedad. México. FCE. La tercera ola Alvin Toffler escribió un libro titulado La tercera ola en el que analizó los diversos aspectos de la nueva sociedad que se estaba gestando a partir de las transformaciones económicas, políticas, sociales. Él mismo sostiene en su libro: “Es tan profundamente revolucionaria esta nueva civilización, que constituye un reto a todo lo que hasta ahora dábamos por sentado. [...] El mundo que está rápidamente emergiendo del choque de nuevos valores y tecnologías, nuevas relaciones geopolíticas, nuevos estilos de vida y modos de comunicación, exige ideas y analogías, clasificaciones y conceptos completamente nuevos. (…) Así, pues, a medida que la descripción de esta extraña nueva civilización vaya desplegándose en estas páginas, encontraremos razones para desafiar el elegante pesimismo que tanto predomina hoy”. En el siguiente fragmento Toffler expone su opinión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación: “Es ingenuo y simplista el temor popular de que los computadores y las telecomunicaciones nos priven del contado directo y hagan más distantes, y de segundo grado las relaciones humanas. De hecho, y puede muy bien que sea lo contrario lo que ocurra. Si bien podrían atenuarse las relaciones de fábrica o de oficina, los lazos del hogar o de la comunidad, podrían muy bien resultar fortalecidos mediante estas nuevas tecnologías. Los computadores y las telecomunicaciones pueden ayudarnos a crear comunidad.(…) Para una tímida o inválida, incapaz de salir de casa o temerosa de enfrentarse cara a cara con la gente, la emergente infosfera hará posible un interactivo contacto-electrónico con otros que comparten intereses similares—jugadores de ajedrez, coleccionistas de sellos, amantes de la poesía o aficionados a los deportes—son los que se podrían comunicar instantáneamente de un extremo a otro del país (…) En resumen, mientras construimos una civilización de la tercera ola, hay muchas cosas que podemos hacer para mantener y enriquecer, más que destruir, la comunidad (…) Mediante el empleo de computadores, telecomunicaciones, avanzadas y métodos de encuesta, resulta sencillo no solo seleccionar una muestra del público, sino también mantener esa muestra actualizada y suministrarle una información puntual sobre las cuestiones a tratar. Cuando se necesitara una ley todo el conjunto de representantes elegidos tradicionalmente (…) podría deliberar y discutir, enmendar y estructurar la legislación. Pero cuando llegara el momento de la decisión, los representantes elegidos depositarían sólo el 50% de los votos, mientras que la muestra de personas elegidas al azar —que no estarían en la capital, sino que se encontrarían geográficamente dispersas en sus propios hogares o despachos— depositarían electrónicamente el 50% restante. (...) Las permutaciones que permiten las nuevas tecnologías de telecomunicación son infinitas y extraordinarias. Una vez que comprendemos que nuestras actuales instituciones políticas y constitucionales se han quedado anticuadas y empezamos a buscar alternativas, se abren súbitamente ante nosotros toda clase de sorprendentes opciones políticas que nunca antes habían sido posibles. (…) Necesitamos conferencias, programas de televisión, discusiones, ejercicios de simulación, convenciones constitucionales ficticias para generar el más amplio despliegue de imaginativas propuestas dirigidas a la reestructuración política, a hacer brotar un torrente de ideas nuevas. Debemos estar preparados para utilizar las herramientas más avanzadas a nuestro alcance: desde satélites y computadores, hasta videodiscos y televisión interactiva.” Alvin Toffler. (1980)La tercera ola. Barcelona, Plaza y Janés.

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